Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, ha recalado en Mijas, donde ha hecho una exposición de la actual crisis en que nos encontramos, ofreciendo algunas claves para entenderla.
Suena esperanzador oírle decir que no es esta la peor crisis de la historia de España, ni tampoco la que conllevará retrocesos en lo que conocemos por Estado del bienestar, aunque sí tal vez, y esto no lo dijo el ministro, la de mayor complejidad hasta ahora conocida, por su carácter global.
Sin embargo, sí entró en definir la nuestra como una crisis de naturaleza financiera que procede de una posición de la balanza de pagos nacional de endeudamiento frente al resto del mundo. España se ha convertido en uno de los países más endeudados. En términos netos, alcanza el 90% de nuestro Producto Interior Bruto (PIB). Es un exceso de endeudamiento externo, que se produce cuando España ya es miembro del euro e instituciones como el Banco Central Europeo.
Lo que hoy permite abrir una puerta a la esperanza es precisamente conocer nuestra balanza de pagos, la de este año de 2012, que muestra cómo en el tercer trimestre tenemos superávit, lo que es capacidad de financiación frente al resto del mundo, de algo más de dos puntos porcentuales del PIB, mientras que, en el mismo periodo del año anterior, teníamos menos cuatro puntos. Hemos pasado, por tanto, de menos cuatro, a más dos… En este cambio de la balanza de pagos, es donde asienta el Gobierno su optimismo.
Las reformas estructurales que está haciendo el Ejecutivo de Rajoy son diversas. Como la Regularización Fiscal, esa que ha permitido obtener de quienes evadían impuestos impunemente una recaudación de 1.200 millones de euros, pero casi más importante que esto, es que ha facilitado el afloramiento de una base imponible para el presente y el futuro (de 12.000 millones de euros), que podrá financiar servicios públicos y contribuir a alcanzar los objetivos de déficit.
Junto a esto, la reforma laboral, que tiene que promover el empleo y la negociación colectiva. En el sector servicios, la contratación a tiempo parcial deberá modificar el panorama laboral a corto plazo, creándose flujos que reduzcan las listas del desempleo.
La reforma bancaria, a punto de culminarse, es fundamental para toda España, pero con especial incidencia para la Costa del Sol. Se están segregando los activos inmobiliarios, que permitirán dinamizar la actividad económica en todas las zonas de litoral, provocando apetito inversor cuando esos activos se adecuen a valores reales de mercado.
Un tercer sector, referido a las empresas que prestan servicios a la Administración Pública, ha recibido a través del Fondo de Liquidez Autonómica 176 millones de euros, saldando así esa terrible deuda que les permitirá reflotar sus negocios. “Un país serio no es el que ignora esas facturas”, ha dicho el ministro.
Mijas en esto ha sido todo un ejemplo, asumiendo y abonando de forma casi inmediata el nuevo equipo de Gobierno del Partido Popular la deuda atrasada con sus proveedores por 24 millones de euros.
Nos queda aún por delante un camino de austeridad en el que nos corresponde a todos hacer sacrificios, pero el horizonte se presenta esperanzador.
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