Reme Fernández enseña a 120 alumnas en Mijas Pueblo.
Cuando la profesora de la Universidad Popular Reme Fernández habla sobre su profesión se nota la pasión que siente por ella. “Es mi vida”, asegura, “soy profesora desde hace 21 años y empecé a bailar a los 4 años”. Esta mijeña dirige a más de un centenar de alumnas y alumnos en el pueblo.
“Enseño a gente de todas las edades; por las mañanas, doy clases a las madres y, por las tardes, a las hijas”, explica. Sus pupilas y pupilos van desde los tres años en adelante.
“Empezamos con calentamiento, taconeo y mucho braceo”, apunta Reme, quien indica que “con el nivel avanzado hacemos flamenco, desde alegrías o tangos hasta bulerías y fandangos”. Aparte de flamenco, en el curso se dan nociones de clásico, regional y escuela bolera.
“A mí me encantan sus clases”, señala Romana Tamayo, quien lleva cinco años de alumna en la UP. “Ella hace milagros, soy muy torpe y algo he aprendido”, comenta mientras se ríe.
Entre bambalinas, la profesora sonríe y comenta que “ella no hace milagros, la gracia no se puede enseñar, viene de serie”.
A final de curso se lleva a cabo un festival de baile en el Auditorio, donde muestran lo aprendidoRomana reconoce que “hay que moverse” y asegura que “ojalá fuera a diario”. Esta pupila de Reme se lo recomienda “a todo el mundo”, sin importar la edad: “Da alegría, haces ejercicio y aprendes cosas nuevas; yo, por ejemplo, antes solo conocía los bailes de Mijas”.
Sin embargo, en el curso también hay extranjeras. “Tengo españoles pero también muchos ingleses, además de una rusa y una dominicana y hasta ha venido a clase una japonesa”, recuerda la profesora, quien los alaba y señala que el hecho de que vengan al taller “tiene mérito”.
Para Elena Dergunova, es su segundo año. Esta alumna rusa comenta que le gustan “todos los bailes” y que le cuesta aprender flamenco mientras sonríe: “Por ahora voy poco a poco, me defiendo con las piernas y voy aprendiendo a mover los brazos, pero no a la vez, me confundo”.
“Me gusta porque es un baile talentoso, elegante, con mucha alegría y fuerza”, asevera. Elena también explica que “la gente es muy buena, me tratan muy bien y para mí cada día es como si fuera la primera vez, no importa el nivel de cada una, puedo ir a mi ritmo”.
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