El músico Gonzales (ahora Chilly Gonzales), vuelve tras sus pasos y recupera la senda que en 2005 le proporcionó el disco ‘Solo piano’. Su trabajo más característico y el de mayor entidad en su trayectoria.
Siete años después el pianista canadiense afincado en Alemania, retoma el curso de los impresionistas franceses Erik Satie y Maurice Ravel (que tanto influencia esta obra), para crear un disco tan tremendamente emotivo y trascendental como su predecesor.
Gonzales se empapa del legado de los míticos Satie y Ravel para redescubrirnos el placer por la música de piano. Algunas segundas partes pueden ser buenas, como demuestra a lo largo de las 14 piezas que componen ‘Solo piano II’, temas de una belleza inusitada que él interpreta sin ambages ni florituras.
El disco es de difícil etiquetado pues su contenido no se puede clasificar de música clásica, new age o jazz, aunque de todo esto contenga un poco y por tanto y, dado su carácter instrumental, puede ser alojable en el apartado de música para películas.
Una faceta en la que este versátil compositor también se ha desenvuelto en el pasado firmado varios trabajos con distintos sobrenombres. Acostumbrado a grandes retos, ha establecido el récord Guinness a la interpretación de piano más larga de la historia (27 horas), Gonzales decidía apartarse del mundanal ruido y enclaustrarse durante diez días en su estudio de grabación para, con la ayuda de un centenar de melodías, crear esta obra tan emotiva y trascendente.
Teclista, productor y cantante, Gonzales empezó a darse a conocer como solista en el año 2000 cuando firma con el sello independiente Kitty-Yo. Su primer larga duración lo edita ese mismo año con el nombre de ‘Uber Alles’ y poco más tarde aparece ‘The Entertainist’. Luego llegaría ‘Presidential Suite’ (2002) y sus colaboraciones con Manu Chao (2003) y Feist. En 2008 estrena ‘Soft Power’ un álbum que canalizaba su admiración por el pop rock de los setenta y ochenta.
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