Lo que no se entiende es cómo se ha tardado tanto tiempo en intentar un desembarco de burros taxi en La Cala. Si algo funciona en un sitio, ¿por qué no ha de ser igual en otro? Tanto Mijas pueblo como La Cala de Mijas son lugares de afluencia de turistas, y estos mantienen las mismas pautas de comportamiento en cualquier lugar: llegar, conocer, disfrutar…

Nuestro buen amigo el burro no es exclusivo de la montaña, también hemos podido verlo trabajar en zonas llanas, incluso de litoral.

El origen de su éxito en Mijas, como elemento de transporte para mostrar las calles encaladas, no fue otro que el propio interés que mostraron aquellos turistas de los años sesenta de hacer un pequeño recorrido a lomos de este animal y, por supuesto, la sagacidad de sus arrieros en darse rápida cuenta de que les rentaba más unos cuantos paseos que el jornal diario.

El burro taxi de Mijas, quedó así consagrado, y en qué bendito momento, cuando la economía agraria ha sido completamente desplazada por el turismo residencial. Ya no quedan en municipios turísticos como el nuestro apenas campos que arar, ni cosechas que transportar, pero afortunadamente tenemos ocio y paisaje que brindar a nuestros visitantes.

Otro acierto, uniformar al arriero. Gorra, chaleco y camisa. Así, burro y burrero, van a juego. Ahora a conquistar nuevos espacios, donde lo pintoresco se fusiona con lo bello.

Y si de innovar se trata, no menos interesante es la iniciativa de solicitar a las asociaciones que renuncien a pedir subvenciones para dedicar el dinero a proyectos sociales.

Estamos acostumbrados a que nos regulen y son ahora tiempos para que los ciudadanos, por cierto bastante recortados ya y angustiados por el paro y por los precios, también demos pasos encaminados a destinar el dinero público en inversiones rentables.

Cuarenta y un mil euros irán destinados el año próximo a colectivos de marcado carácter social, como Adimi, Afesol, que prestan apoyo a la discapacidad física o sensorial, así como Alzheimer, Fibromialgia y otras similares. Llega a tiempo esta medida, cuando los recortes de la Junta de Andalucía a estos colectivos también se están notando.

Vincular las ayudas a asociaciones de participación ciudadana a proyectos concretos, en lugar de realización de fiestas, verbenas o actos lúdicos, también parece un paso decidido y serio, acorde con la crisis que nos asola y toca vivir.

Mijas inicia dos importantes desembarcos: uno con el elemento más preciado y reconocido a nivel mundial como es el burro taxi, de la montaña al litoral, algo sencillo pero inaudito. Con gestos como aplicar las ayudas de participación ciudadana a la solidaridad y el cuidado de enfermos, decididamente hacemos otro y nos sitúa en un plano de absoluta seriedad.

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