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Viernes 22/11/2024

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El narcisismo de las pequeñas diferencias

El uso de la palabra narcisismo está bastante extendido. Se escuchan con frecuencia frases del tipo: “se cuida mucho, es que es muy narcisista”, o “yo me quiero mucho, soy muy narcisista”.

El uso de la palabra narcisismo está bastante extendido. Se escuchan con frecuencia frases del tipo: “se cuida mucho, es que es muy narcisista”, o “yo me quiero mucho, soy muy narcisista”. Narciso era un hermoso muchacho que todos los días iba a contemplar su propia belleza en el lago. Estaba tan fascinado por sí mismo, que un día cayó dentro del lago y murió ahogado.

El narcisismo es aquella situación donde el yo se propone como objeto del deseo: amor a uno mismo. En su justa medida, es necesario para el funcionamiento del sujeto. Pero si ese amor a uno mismo es excesivo pasa de ser necesario a ser patológico. No se trata de querer solo a los demás ni de quererme solo a mi. Ni se trata de elegir entre los demás y yo. Sería más bien querer a los demás sin olvidarme de mí.

¿Qué es el narcisismo de las pequeñas diferencias? ¿Les suena el fenómeno de que las comunidades vecinas son precisamente las que más se combaten y desdeñan entre sí? Por ejemplo, a lo largo de la historia, españoles y portugueses, alemanes del Norte y del Sur, ingleses y escoceses, etc. O seguro que les suena más si les digo sevillanos contra béticos, malagueños contra sevillanos, hombres contra mujeres, o los fenómenos del racismo, el nacimiento de un nuevo hermano, o la inclusión de un nuevo compañero de trabajo.

Este sentimiento de exclusión hacia otros tiene que ver con nuestra dificultad para tolerar las diferencias. Es muy interesante que cada vez que sentimos rechazo hacia personas extrañas se evidencian los efectos del narcisismo, que cree que cualquier diferencia con el otro implica una crítica para sí. El narcisismo se conduce como si lo diferente o lo desconocido implicase una crítica de las particularidades individuales y fuera una invitación a cambiarlas.

Contamos con dos fenómenos. Por un lado, nuestro narcisismo se siente herido. Por otro lado, la descarga de hostilidad, que hace que los grupos se cohesionen frente al otro. Ir contra alguien puede considerarse un medio para satisfacer, cómoda y más o menos inofensivamente, las tendencias agresivas.

¿Por qué hablamos de satisfacer la agresividad? El narcisismo de las pequeñas diferencias pone de manifiesto que, en muchas de las relaciones humanas, se sobrepone la hostilidad a los sentimientos de confraternidad, dejando a un lado el precepto general de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

El psicoanálisis parte de la idea de que el ser humano es un ser entre cuyas disposiciones instintivas se incluye una porción de agresividad. La agresividad es un factor del comportamiento normal que se pone en acción para responder a necesidades vitales. Pero en otras ocasiones, el otro representa un motivo de tentación para satisfacer esa agresividad.

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