La Policía Nacional ha desarticulado en la provincia de Málaga una organización criminal compuesta por ex militares de países de la antigua Europa del Este, a cuyos integrantes, armados y con altos conocimientos en maniobras de asalto, se le atribuyen 71 robos con fuerza en domicilios y establecimientos, la mayoría de ellos perpetrados en áreas residenciales de lujo de Marbella (Málaga). La trama realizaba un estudio exhaustivo del objetivo, preferiblemente zonas colindantes a campos de golf,emplazamientos con dificultad para ser detectados por la Policía y con fácil huída, llegando a emplear la violencia o intimidación en cuatro de los robos. La investigación ha permitido el arresto de seis personas por su presunta responsabilidad en los hechos, incluido el líder de la red, un ciudadano de nacionalidad albanesa, altamente entrenado en materia de abordaje y contra-vigilancias, partícipe en todos y cada uno de los robos. El Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella ha decretado el ingreso en prisión de cuatro de los investigados.
En el marco de la denominada operación “Western”, cuya fase de explotación se desarrolló el pasado día 18 de enero, se han llevado a cabo media docena de registros en la provincia de Málaga: Fuengirola (1), Málaga (2), Mijas (1) y Torremolinos (2). Fruto de las diligencias practicadas, los agentes han intervenido 169 piezas de joyería; relojes de marca; bolsos y otros efectos de marca de reconocido prestigio; una pistola utilizada en los robos; una escopeta de fuego real y otra simulada; una defensa extensible; un puño americano; equipos de transmisiones; indumentaria específica para los asaltos, entre ellas, botas, pasamontañas y guantes; un machete de gran tamaño; herramientas propias para el robo con fuerza, como palanquetas, radial y taladros; material informático; y 8.700 euros en efectivo, entre otros efectos.
Modus operandi
El grupo criminal seguía escrupulosamente el mismo patrón en la comisión de la mayoría de los hechos delictivos. El líder -autor material de todos los robos- salía de su vivienda con una vestimenta normal y sin portar nada consigo, reuniéndose con uno o dos compinches, quienes le trasladaban en vehículo hasta una zona de campo, ubicada a las afueras de Marbella. Allí, se introducía entre la maleza, por un lugar de difícil acceso, para ponerse la “indumentaria de faena” y coger los útiles para perpetrar los robos, incluida una pistola. A continuación, le trasladaban hasta el lugar elegido para cometer los robos, manteniendo el contacto a través de equipos de transmisiones. Una vez consumado el delito, se dirigían todos a un establecimiento de compra-venta de vehículos ubicado en Málaga capital, donde ocultaban joyas, dinero y efectos sustraídos.
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