Cada vez son más los alumnos que recurren a la inteligencia artificial (IA) para hacer sus trabajos de clase. Una práctica que, sin duda, genera debate en las aulas. ¿Es positivo o es negativo? Todavía es pronto para sacar conclusiones. No obstante, nos hemos atrevido a preguntarle a ChatGPT para conocer su opinión. Y esta ha sido su respuesta: “La integración de la inteligencia artificial en las aulas está transformando la educación”, asegura, algo que compartimos, pero añade, “personalizando el aprendizaje y mejorando la eficiencia educativa”. Entre otras cosas, señala “que puede ser beneficioso”, y matiza que “siempre y cuando se utilicen de manera adecuada y equilibrada”.
Los docentes reconocen que su uso en trabajos de clase por parte del alumnado es algo que el curso pasado les cogió por sorpresa, como reconoce el vicedirector del IES Sierra de Mijas, Miguel Pérez: “Yo creo que nos ha pillado en fuera de juego a todo el mundo, lo comparo con la aparición de los teléfonos móviles, que primero fueron unos pocos en usarlos y luego se fue extendiendo”.
Una postura que comparte el profesor de Tecnología del IES Vega de Mijas, Juan Carlos Aznar, quien asegura que “ya venía siguiendo este tema antes de que abriera al público en noviembre de 2022”, y reconoce que su aplicación en los trabajos por parte los estudiantes fue motivo de conflicto entre alumnado y profesorado, “se les advirtió de que la nota se les anulaba porque se había detectado su uso”.
El profesor de Informática del mismo centro, Lázaro Ramírez, afirma que sus alumnos aplican la IA “desde el primer día porque es una herramienta muy útil, por la forma de desarrollar códigos de forma automática es bastante importante”.
¿Y los alumnos? ¿Confiesan o niegan su uso para trabajos de clase? No se esconden y con total naturalidad bendicen la llegada de esta herramienta a sus vidas de estudiantes. ¿Los motivos? “Nos fuimos, poco a poco, dando cuenta de que podíamos usar la IA para hacer los deberes… para hacer una redacción o para recabar información, ayuda bastante”, apunta Aria Vasegh, alumno de 2º de Bachillerato del IES Sierra de Mijas, quien ve su uso más como un motor de búsqueda al estilo Google, “porque te da todo muy resumido y lo más importante” en poco tiempo.
“Al inicio me daba un poco de miedo hacer uso de la IA por temor a que me pillaran, pero vi como mis compañeros lo utilizaban y que era más fácil hacer los trabajos, sobre todo, en los de desarrollo o investigación”, declara su compañera de curso y centro educativo Noa García.
Hasta no hace mucho el profesorado contaba con mecanismos de defensa para detectar si un trabajo de clase era original o un simple ‘copia y pega’ extraído de Internet, al que, en algunos casos, el alumno solo se molestaba en darle forma y adaptarlo a su estilo. Pero ahora, con la IA, resulta más complicado detectar esta práctica ‘fraudulenta’, aunque hay estudiantes que, como nos reconocían los profesores, “ni siquiera revisan la redacción” y dejan el rastro de ChatGPT, firmando por ellos sus actividades.
Al igual que la IA, los alumnos también han aprendido y rápido. “Suelo hacer una serie de preguntas que tengan relación con lo que quiero con palabras claves y de lo que me está dando elijo varias partes y las voy relacionando entre ellas para que tenga más coherencia”, dice Vasegh. García asegura que “al principio no contrastaba la información que nos daba, pero luego al ver que nos salían datos erróneos sí que contrastaba”.
Evaluaciones
En los centros, ¿han surgido nuevas medidas para evaluar a los estudiantes? Responde Aznar, del IES Vega de Mijas: “A la hora de evaluar, se reserva más porcentaje de la nota al examen, ya que estamos en un entorno más controlado y donde no van a hacer uso de ChatGPT”.
Desde el IES Vega de Mijas, Pérez asegura que la mayoría del profesorado “va a intentar evitar trabajos que se puedan ir fuera de su vigilancia, ya que si no puedes garantizar que ese trabajo ha sido realizado por el alumno para la educación, realmente, no te vale, porque el propósito es que el alumno se vuelva competente”, por ello, “los trabajos que se hacían en casa ahora se harán en las aulas”.
El vicedirector advierte también que “el uso de la IA supone un riesgo, que es volver al pasado, es decir, al examen como herramienta, cuando la tendencia es que la educación sea más dinámica”.
Por el momento, los alumnos del Sierra de Mijas no perciben estos cambios. “Ahora mismo, veo que con los criterios de evaluación los trabajos tienen más nota que el curso pasado. Creo que antes tenían menos peso que ahora”, destaca Vasegh.
Oportunidades
Otra de las preguntas que nos hacemos es si esta herramienta es beneficiosa o perjudicial para la formación de los estudiantes. La IA, responde primero: “Puede ser beneficiosa siempre y cuando se utilice de manera adecuada y equilibrada. Entre otras ventajas, puede ayudar a la recopilación de información, generar ideas iniciales para sus trabajos, revisión de contenido, aclaración de conceptos o como una herramienta de colaboración”.
Los docentes reconocen la ventaja que les saca la IA y que necesitan formarse para poder trasladar su aplicación a las aulas. “Cuando los profesores han visto que el alumnado está utilizando y trabajando con esta herramienta han despertado el interés en conocerla más a fondo”, dice Aznar, mientras que Ramírez subraya que “para enseñar esta herramienta a los alumnos necesitamos aprender nosotros a utilizarla y a ver todo el potencial”.
“Vamos a ver si nosotros podemos encaminarla en algo útil”, dice el vicedirector del IES Sierra de Mijas, que pone varios ejemplos de aplicación “en estudiantes con dificultades educativas para que pueda ser como un profesor ayudante, para que los profesores puedan usarla para preparar sus clases, esperemos que vaya por ahí, ahora si la IA se convierte en un sustituto del humano donde los alumnos no hagan los trabajos, que no nos podamos fiar de ellos, entonces sería un mal camino”.
Entonces IA… ¿eres aliada o enemiga en la educación? Responde a nuestro ‘prompt’ (pregunta eficiente que se realiza para interactuar con la IA): “Dependerá de cómo se utilice y se gestione la ética, la personalización, la formación de los docentes, accesibilidad, supervisión y regulación y la equidad”.
Humano y máquina se ponen de acuerdo en este aspecto. “Yo creo que la herramienta no es buena ni mala, bueno o malo será el uso que hagan los alumnos, que hagamos nosotros”, concluye Ramírez.
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