El Teatro Las Lagunas volvió a acoger el jueves 31 de mayo una de las exhibiciones de fin de curso de los talleres de la Universidad Popular de Mijas. En esta ocasión fue el turno del taichí. En la muestra, cerca de la mitad de los alumnos de este taller, que ya cuenta con alrededor de 300 participantes, se subieron al escenario para enseñar su ‘Caja de herramientas para la vida’. Una actuación en la que unieron la parte filosófica y del crecimiento personal con los movimientos. El taichí, según Rosa Martín, profesora de este arte marcial chino, “es el gran desconocido de todos. Pensamos que es una práctica que se realiza solo cuando somos mayores pero, en realidad, esto es un error porque se trabaja de una manera muy respetuosa con el cuerpo y cuanto más lentos son los movimientos más se ejercitan los músculos”. 

En la actuación, los alumnos dieron a conocer siete herramientas que ayudan a salir de la zona de confort para así luchar con las tres constantes permanentes de la vida que son el miedo, la incertidumbre y el trabajo consigo mismo. El concejal de Universidad Popular, Hipólito Zapico (PSOE), no quiso perderse la muestra y declaró que “Rosa pone el nivel muy alto y cada año lo sube un poco más”, además añadió que “el taichí es una actividad muy importante porque con ella se mejoran también las respuestas articulares y musculares”. 

Alumnos de diferentes edades mostraron sus habilidades en esta disciplina. Uno de ellos, Mariano Pérez, que lleva asistiendo al taller casi cinco años, dijo que “el taichí te aporta profundidad en la vida. Te ayuda a comprender muchísimas cosas si lo vinculas con la filosofía china, aparte de que es un modo de vida”. Por su parte, la alumna Estrella Pérez afirmó que “es una disciplina que te mantiene ágil física y mentalmente, que te hace retarte a ti misma. También destacar que gracias al taichí tenemos vida social, clave para la longevidad”. “La constancia es fundamental. La técnica permanece a un nivel muy alto todo el tiempo y a nivel físico me ha venido muy bien, al igual que psicológico”, concluyó uno de los alumnos que más tiempo lleva, once años, Cayetano Albaladejo. 

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