. Los alumnos del taller de robótica educativa de la Universidad Popular de Las Lagunas exponen desde ayer en la Casa de la Cultura sus trabajos de fin de curso. Según su profesor, Juan González, el objetivo principal estaba claro: “todo se ha basado en crear un robot, programarlo y que realice alguna función, además, según el grupo le damos una utilidad”.
Este taller se divide en cuatro niveles. En el preinicial el trabajo a realizar ha consistido en ensamblar un robot ya diseñado y programarlo. En el primer nivel los alumnos han unido las piezas de un robot, elaboradas en impresoras 3D, las han programado y a través de un sensor han logrado que giren. Según González, “la dificultad de este proyecto ha estado en el montaje”. Los jóvenes del siguiente nivel, el 2, han fabricado un robot que funciona mediante una aplicación móvil. “La actividad se ha centrado, principalmente, en programar apps”, explicó el profesor. Y los del último nivel, los más mayores, han creado una montaña rusa a través de un programa de diseño 3D y han trabajado en un sistema de robótica de reconocimiento de formas a través de cámaras.
Cada año, “el taller lo finalizan aproximadamente ocho alumnos por nivel y cada vez tenemos más chicas en las clases”, afirmó González, quien además destacó que “me siento orgulloso de ellos porque trabajan. Hoy aquí vemos el montaje pero llegar a este punto requiere muchas horas de trabajo y mucha paciencia y tienen que manejar la frustración porque las cosas no salen a la primera, puesto que se estropean muchas veces, pero, a día de hoy, hemos conseguido que todos los robots funcionen”.
La tarde del jueves 4 de mayo fue, sin duda, un momento muy esperado ya que padres y alumnos compartían los resultados de sus trabajos que han estado realizando tres días a la semana durante varios meses. Algunos participantes, como Javier, explicaron que “hemos creado unos robots que pueden caminar”, y Miranda dijo que “lo más difícil ha sido unir las cadenas porque las piezas son muy pequeñas”. Otros alumnos como Noa contó que “lo más divertido es que cuando estamos programando nos sentimos satisfechos por ver que ha salido un robot y que todo está bien”, a lo que añadió Jorge que “el profe nos ayuda siempre que tenemos un problema”. Para concluir, uno de los más veteranos, Lucas, añadió que “ya llevo bastante tiempo en este taller porque la robótica me gusta mucho desde que era pequeño, y de las clases lo que más me gusta es diseñar y programar”, por su parte, Juan Carlos aseveró que “los robots han quedado muy chulos. Muy bien”.
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