El 6 de junio de 1987, Mijas amanecía con esa expectación propia de los grandes acontecimientos. El espectacular edificio levantado al final de la avenida Virgen de la Peña abría sus puertas y muchos ciudadanos se acercaban a conocer la fisonomía de la que a partir de entonces sería la nueva Casa Consistorial. Las reacciones no se hicieron esperar. Muchos quedaron maravillados con los patios interiores del edificio, proyectados, ya desde sus inicios, como museo permanente. “Recuerdo que despertaban la admiración de la gente y son también la envidia de otros muchos municipios”, apunta Antonio Maldonado, alcalde del municipio en el año 87 e impulsor del proyecto.
El cuidado estilo andaluz y los espacios luminosos y diáfanos fueron otros de los aspectos que más llamaron la atención de los vecinos en un edificio que, como señala Maldonado, “simbolizó el cambio de la Mijas antigua a una Mijas más moderna y dinámica”. Hasta las nuevas dependencias se trasladaron los 58 funcionarios que, hasta ese momento, ejercían sus funciones en el antiguo Ayuntamiento, ubicado en la actual Casa Museo. Unas instalaciones que se habían quedado pequeñas para dar respuesta al crecimiento que comenzaba a experimentar la Administración pública.
Hasta las nuevas dependencias se trasladaron 58 funcionarios que ejercían sus funciones en el antiguo Ayuntamiento Por contra, el nuevo edificio disponía de un salón de plenos con capacidad para 120 personas, además de ascensores, aire acondicionado, sistema de seguridad, protección contra incendios, alumbrado de emergencia, megafonía y circuito exterior de vigilancia, todo ello sobre una superficie construida de 3.282 metros cuadrados. Además, las nuevas instalaciones permitieron unificar los servicios municipales en Mijas Pueblo que, hasta ese momento, se hallaban dispersos, así como ubicar a la Policía Local en unas dependencias más acordes con su función.
Características del proyecto
La redacción del proyecto de construcción del nuevo ayuntamiento finalizó en 1984. En aquella época, el alcalde de Mijas era también presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, que asumió sin coste alguno el proyecto, elaborado por el arquitecto jefe del Servicio de Arquitectura y Urbanismo de este ente, Antonio Herrezuelo. A lo largo de los años, el proyecto fue mejorando sus calidades y superando algunas dificultades, sobre todo, las relacionadas con la cimentación, lo que provocó que el presupuesto inicial, de 221 millones de pesetas, fuera incrementándose. La Mancomunidad asumió gran parte del coste, mientras que el resto fue financiado por el Ayuntamiento, que recurrió al Banco de Crédito Local para no recortar la liquidez de su presupuesto.
En cuanto al diseño del edificio, se trata de una idea original del propio regidor, que se encargó de representar con la máxima fidelidad todos sus detalles. “Mi idea es que fuera algo absolutamente típico y autoctóno de Andalucía”, rememora. Las obras de construcción, que se prolongaron durante un año, solucionaron con creces los problemas de espacio; de hecho, quedaron libres muchas dependencias que, a lo largo de los años, serían ocupadas por nuevos funcionarios municipales.
Arquitectura novedosa
El principal reto de la nueva Casa Consistorial, como cuenta Maldonado, era realizar un edificio “en el que desde la plaza solo se vieran dos plantas y el resto de dependencias se distribuyeran hacia abajo, para guardar así la estética tradicional del pueblo”. La intención era que el volumen del edificio desentonara lo menos posible en el entorno, sobre todo en la fachada posterior. Algo que también se consiguió con la ornamentación, la textura y el color de los materiales utilizados, que respeta al máximo la arquitectura típica del casco histórico.
En este sentido, la ubicación en la avenida Virgen de la Peña era el único punto que permitía ocupar mucho espacio manteniendo una sola altura. Además, el inmueble presenta soluciones arquitectónicas novedosas para su época; la constructora Agromán ideó una cimentación constituida por pilotes con una longitud media de 20 metros, formando en los niveles superiores un tablestacado que actúa como muro de contención, puesto que el solar se ubicaba sobre un talud.
Para absorber los 18 metros de desnivel existente en el terreno, los constructores idearon una estructura escalonada de seis niveles.
“En Mijas, fuimos pioneros en muchas cosas, una de ellas fue la construcción de un ayuntamiento”, asegura el exalcalde. Además, el traslado permitió también comenzar una labor de archivo que años atrás era prácticamente nula. Así, fue a partir del año 1987 cuando comenzaron a archivarse los presupuestos municipales.
Un contexto difícil
Los primeros años de la democracia no estuvieron exentos de complicaciones, sin embargo, se trata de una etapa cargada de retos que Maldonado define como “maravillosa”. Cerca de 800 niños sin plazas escolares, aulas prefabricadas, carencia de becas para los estudiantes... fue el panorama que encontró el actual responsable del hipódromo a su llegada a la alcaldía. “Había tanto por hacer y tanta ilusión por cambiar las cosas que era una guerra diaria. Cada pequeño paso era una victoria por la que valía la pena seguir”, rememora.
Era poco más que empezar desde cero. “Los medios eran escasos debido a la época de transición que estábamos viviendo, algo que se notó tanto en el mandato del alcalde que me precedió, Miguel González Berral, como en el mío”. En este sentido, Maldonado reconoce tener un buen recuerdo de su predecesor y afirma que es “una de las personas que más admiro y por la que siento un profundo respeto”.
La actual Casa Museo como epicentro de la vida municipal
En la primera planta, se encontraban secretaría, alcaldía y el salón de actosLa actual Casa Consistorial ha sido testigo de seis mandatos desde su inauguración en 1987. No obstante, pocos recuerdan el lugar en torno al que giró, hasta finales de los años 80, la vida municipal, la actual sede del Museo Histórico-Etnológico, que funcionó como ayuntamiento desde el año 1912. Se trata de un edificio histórico en el que destaca su fachada, donde están representados por medio de atlantes dos Hércules realizados en 1916 por el escultor francés Th. Porres.
Anécdotas de la época
Hace un cuarto de siglo, la que hoy conocemos como Casa Museo reunía todas las áreas municipales. En su planta baja, se ubicaba la antigua sede de la Policía Local, mientras que secretaría y alcaldía se encontraban en la primera planta, al igual que el salón de plenos, un gran comedor donde el público tenía que meterse entre los concejales cuando se celebraban las sesiones. La distribución del edificio culminaba en la segunda planta, donde se ubicaba la tesorería y la oficina técnica. Maldonado guarda muy buenos recuerdos de aquellos primeros ocho años de mandato.
En la primera planta, se encontraban secretaría, alcaldía y el salón de actos“Éramos 17 concejales y los plenos eran interminables. La edad media de mi grupo era de 66 años, eran los que habían estado en las Juventudes Socialistas y Comunistas en tiempos de la guerra”, recuerda. Por lo tanto, era inevitable que existieran viejas rencillas. “A la hora de votar, el público también levantaba la mano. Cuando se dieron cuenta de que solo se contaban los votos de los concejales, empezaban a gritar que qué clase de democracia era esa”. Fue, sin duda, una época de numerosas dificultades para los que querían, ante todo, construir una democracia sólida. “He tenido una suerte espantosa de haberla vivido, es una experiencia única”, declara, no obstante, el exalcalde.
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