La tradición de San Blas volvió a cumplirse el pasado 3 de febrero. La ermita de San Antón de Osunillas celebra esta tradición desde los 60, aunque la imagen del santo no llegó a la ermita hasta los años 80. Al toque de la campana, a las cinco de la tarde, comenzaba la santa misa y la posterior bendición de rosquillas, que aportan los Mayordomos de San Antón. La fiesta congregó a muchos vecinos que disfrutaron de una tarde de tradición y costumbres populares.

Según el párroco de la zona, Francisco Villasclarás, “San Blas tiene la tradición en Mijas desde los años 60 o así, no hace tanto tiempo. Fue porque una familia trajo la imagen de San Blas aquí a la ermita, aunque  la misa se celebraba desde antes. Después se le añadieron las rosquillas de San Blas, lo que gustó más a la gente. Las rosquillas unas las reparten los Mayordomos a todo el mundo y otras son que las traen las familias en bolsas o cestas para llevarse su pan bendito. Esta es una tradición para los males de garganta”. 

 

Al llamado de San Blas acudieron los vecinos, para recoger su rosquilla bendecida que antiguamente se colgaba al cuello para prevenir males de garganta, según cuenta la tradición y, finalmente, se comían en familia. Los Mayordomos de San Antón aportaron unas 200 rosquillas al acto. Finalizado el mismo, se acompañaron de chocolate e infusión. 

Salvadora Márquez, mayordoma de San Antón, contaba que la fiesta se celebraba “desde hace muchos años, y es muy querida en Osunillas, junto a San Antón. Nosotros siempre aportamos las rosquillas, este año son de la panadería de María [Quero], pero muchas familias traen las suyas propias y las comparten con sus seres queridos. Esta es una fiesta muy alegre y bonita, y lo mejor, que cada año cuenta con más gente”. 

Muchos cuelgan las rosquillas en algún lugar de la casa, pero la mayoría las degustó allí mismo con la familia y amigos, pidiendo a San Blas un buen año para nuestra garganta. La fiesta sigue creciendo en adeptos y fieles, y ya la ermita se quedó pequeña para los seguidores de San Blas. 

El párroco quiso recordar el significado de compartir el pan, como en este acto, “compartir el pan es de humanos, nos recuerda que todos tenemos la misma categoría, que todos somos hermanos, sea cada uno como sea”. 

No olviden que “Por San Blás, rosquillas comerás y el gaznate curarás”, este es solo uno de los más de cien refranes que existen en torno al santo.

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