El curso Robótica Educativa llega a su fin. Y en la Casa de la Cultura de Las Lagunas está parte del trabajo realizado este año, los robots construidos por los alumnos del taller. La muestra se divide por niveles, según explica el profesor del taller, Juan González. “En el preinicial, los más pequeños exponen sus obras, simples, pero como todas, interactúan con su entorno; le sigue el nivel inicial, con robots hechos con piezas impresas en 3D; avanzamos un nivel más en el que ya lo que hacemos es controlar el robot con un teléfono móvil; enseñamos a diseñar una aplicación móvil con la que luego controlamos el robot, que hemos construido con piezas que hemos ensamblado y diseñado con una impresora 3D. Y el último nivel está centrado en el diseño 3D y en el montaje electrónico”, detalla el monitor.
Entre las novedades, “este año, hemos hecho un puente, un ascensor y los robots que se mueven por un circuito que han diseñado ellos también”, añade González.
Estas clases ofrecen la posibilidad de iniciar a los más jóvenes en el mundo de la tecnología robótica. Asimismo, ayudan a fomentar su creatividad, el pensamiento crítico, el científico y el lógico para desarrollar sus proyectos. Y, además, aseguran, enganchan. “Esta actividad desarrolla la creatividad y, como todo lo que tiene que ver con las tecnologías les motiva mucho, enganchan”, asegura el profesor.
Los alumnos de estas clases tienen entre 7 y 14 años y se muestran encantados con las clases. Así lo manifiesta Julia Castaño, que explica cómo hacer un robot: “empezamos pensando lo que vamos a hacer, después lo diseñamos, hacemos todas las piezas y por último, hay que programarlo”. Su compañero Lucas Karson afirma que él puede hacer “un robot no muy difícil, sin muchos componentes, y programarlo, algo que llevo bastante bien”.
Entre el alumnado, nos encontramos con los hermanos Manuel y Ángel Niebla, que, inevitablemente, se retan entre ellos. “Bueno, yo diría que un poco sí, no voy a mentirte, pero también hay que admitir que luego colaboramos y al final todo sale bien y me lo paso muy bien haciendo los robots con él”, señala Manuel, mientras que Ángel asegura que “lo que más me ha gustado ha sido programar el robot y, además, hemos hecho muchas pruebas como un partido de fútbol con robots y hemos ido probando varias piezas extras, lo que más me ha gustado ha sido eso”.
Desde hace unos años, estas innovadoras clases se han incluido en el programa de talleres de la Universidad Popular, que ya cuenta con 3.000 alumnos, “más que antes de la pandemia”, destaca el concejal responsable, Hipólito Zapico (PSOE), quien apunta que “quiero seguir apoyando esta iniciativa tanto aquí como en Mijas Pueblo, donde se hace de una forma distinta, pero con el mismo objetivo, además, esto de la robótica parece que es un camino de futuro, así que si los niños se acomodan a ella desde pequeños pues mucho mejor, y digo los niños porque no tenemos gente adulta, pero animo a cualquiera a apuntarse”.
Los cursos de la Universidad Popular se clausurarán en unos días en jornadas como esta, que sirven para mostrar todo lo aprendido durante el curso y que ponen de manifiesto la calidad del programa formativo, porque, ya ven, en este caso, estamos ante pequeños grandes científicos.
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