El Albergue Municipal de Entrerríos ha abierto sus puertas esta Semana Blanca para recibir a un centenar de niños. Talleres y contacto con la naturaleza son las principales actividades que desde el pasado lunes 28 y hasta el próximo sábado 5 están realizando los menores. “El albergue es un sitio único para poder pasar estos días de vacaciones y también, por supuesto, para conciliar esa vida laboral y familiar que estos días de Semana Blanca se hace mucho más importante”, señaló la concejala responsable de Albergues, Natalia Martínez (PSOE).
Para los pequeños que están en el albergue estos son días de vacaciones, pero también para aprender al aire libre con numerosas actividades. “El Albergue de Entrerríos se considera un sitio en el que están al aire libre, rodeados de la naturaleza, donde pueden conocer la fauna y la flora de nuestro entorno, hacen escapadas a la naturaleza y hacen talleres también”, apuntó la edil, que resaltó que esta misma mañana se estaba realizando un taller de elaboración de gorros y delantales para posteriormente elaborar pan. En estas instalaciones municipales también tienen una gran presencia el huerto y los animales: “es muy importante que puedan conocer los animales que tenemos en el albergue, que les puedan dar de comer, que puedan conocer a la burrita Paca, ya tan conocida para todos ellos y también puedan peinarla y saber cómo se tratan a los animales”, matizó Martínez.
Un albergue muy divertido
Los niños, de 4 hasta los 11 años, están disfrutando de esta experiencia en estancia diurna. “Me lo estoy pasando bien”, afirmó el pequeño Adrián Fernández. Para Noa Torres, otra participante, el albergue es “muy divertido”. A ella lo que más le gusta es “dar de comer a los animales”. Y hay donde elegir, porque, según ella misma explica, “hay burros, gallinas, cabras y ovejas”. Los talleres, de diversa temática, también forman para salir de su rutina estos días: “He estado haciendo una manualidad, que era un llavero. También un gorrito y hoy voy a hacer pan”, explicaba el pequeño Adrián Fernández. “El otro día, el lunes, hicimos un taller de puzzles y tuvimos una charla sobre los animales. También hemos hecho un taller de kiwi y de las frutas que hay en el campo”, decía Lucía Jiménez, que ha coincidido en el albergue con amigos de otras ediciones, pero también está haciendo nuevas amistades.
En manos de profesionales
Los padres pueden estar tranquilos porque están con profesionales. “Los niños están muy bien, está todo muy organizado y se lo están pasando de maravilla. Comen muy bien, no hay que traerles desayuno en la mochila porque aquí le dan desayuno cuando llegan y come una comida totalmente equilibrada toda la semana y adaptada también a todas las alergias o dificultades que pueda tener algún niño. Además, toman la merienda antes de irse, por lo que cuando llegan a casa, lo hacen cansados y con ganas de descansar para el día siguiente estar otra vez fuerte para venir al albergue”, concluyó Martínez.
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