Bodegas Hermanas López Lavado está adentrándose en una nueva aventura, la presentación de sus vinos Viña Tamisa Mountain Wine: un tinto crianza de 2015, elaborado con las variedades tempranillo, syrah y petit verdot, del que habrá 3.500 botellas; un blanco de 2019 y un rosado de la cosecha de 2020, ambos con 700 botellas cada uno. El apoderado de las bodegas, Javier López, afirma sobre esta producción que será “muy limitada” y que sus caldos serán vinos “con mucho amor a la tierra” que van a recordar su procedencia mijeña, ya que están hechos al 100 por cien en la localidad, “desde la vendimia hasta el embotellado”. Al igual que el resto de vinos que han elaborado las bodegas y del que solo está a la venta el tinto Viña Tamisa de 2014 hecho con tempranillo, petit verdot y syrah, los Mountain Wine proceden del viñedo, de algo menos de una hectárea, que tienen en La Alquería, donde actualmente hay plantadas las variedades de tempranillo, syrah, petit verdot y chardonnay. “El viñedo está certificado en ecológico. Es el primer viñedo que se planta en Mijas para la elaboración de vino”, explica López para añadir que hay “mil cepas de cada variedad” con las que se pueden llegar a elaborar, “si el año se da bien”, entre 6.000 y 7.000 litros de vino. Estas tierras, afirma, son también un homenaje al pasado vitivinícola del municipio y una apuesta por retomar las viñas que existían en la localidad.
López explica que desde 2012 se está trabajando en las instalaciones de Mijas
Las bodegas, que tienen cinco trabajadores durante la vendimia y dos en el proceso de embotellado, cuentan también con el asesoramiento de un enólogo tanto en el campo como en la bodega, aunque el propio Javier López se ha formado en enología. “Empecé a experimentar en 2004 con cien cepas y ahí ya comenzaron las ganas de aprender y hacer más”, recuerda el apoderado, que afirma que desde 2012 están en las instalaciones de la calle Cristóbal Alarcón “trabajando”. “Hemos llegado a una producción máxima de 4.500 botellas, aunque normalmente hacemos unas 3.500. Este año con la crisis no he apostado muy fuerte y he hecho entre 1.500 y 1.700 botellas de blanco y rosado”, dijo. “Todos los vinos que hago están hechos de forma artesanal y sin filtrar, por lo que nos podemos encontrar algún residuo o sedimento que es propio de la uva, restos de levadura o algunos restos de la pulpa, pero son restos que no he querido retirar del vino porque en los procesos que en las bodegas se usan para retirar esos residuos, creo que se retiran mucho sabor y mucho aroma”, explica López, que califica su bodega como “la primera de elaboración de vinos, crianza y embotellado artesanal en la Costa del Sol”.
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