Beatriz Martín. Situado en pleno corazón de Entrerríos, en una vega de plantaciones, se levanta el acueducto de La Matanza con 20 arcos, que, como antaño hacía con el agua, hoy nos conduce hasta nuestro pasado, más o menos reciente, porque hay dudas sobre su fecha de construcción. Al no haber registros sobre su antigüedad, el Archivo Histórico, según una parte de las manifestaciones populares y por su estructura, ya que parece anterior a las del siglo XX, sostiene la teoría de que data del siglo diecisiete, aunque algunos vecinos de la zona aseguran que esta construcción solo tiene algo más de cien años. Hoy, descubrimos más sobre este monumento gracias a un vecino aficionado a la fotografía y a la historia de Mijas, Fernando Torres, quien subraya que “cabe la posibilidad de que sea de 1644 porque, parece ser, que es la continuación de otro acueducto que tenemos aquí en la zona, el del Trapiche, que es de ese año, así que tiene sentido esta hipótesis”.

Y es que, según los registros y el boca a boca, Mijas contaba con una importante y rica red de acueductos hace unos siglos. De ellos, a día de hoy, se mantienen seis en pie. “Este junto a otro que hay en la finca Acebedo, son los más grandes y luego tenemos el del Trapiche, mencionado anteriormente, y el del Molinillo, que está bastante bien conservado y, lo mejor, sigue en funcionamiento llevando el agua de Ojén a los regadíos de Mijas”, comenta Torres. Los otros dos restantes se hallan, desafiando al paso del tiempo, en Osunillas y en Las Lomas. “Este es uno de los más anchos y altos que tenemos conservados dentro de una propiedad privada, es una belleza de un alto valor”, apunta el mijeño.

Conservación
Torres pide a particulares y a las instituciones conservar este legado, que, sin duda, nos empapa de nuestra historia. “Imagínate tú hace 300 o 400 años con la riqueza de agua que teníamos con el arroyo El Laurel, que tenemos muy cerca, o el río Las Pasadas, que viene de Ojén, aprovechar esta agua era una fuente principal para abastecer tantos regadíos que había en esta zona tan rica en agricultura”, destaca Torres con entusiasmo, como si se hubiera transportado a aquella época. La curiosidad de Torres por la historia de Mijas le llevó hasta este acueducto de La Matanza que, aseguramos, impresiona tenerlo cerca. Gracias a su labor, conocemos un poco mejor nuestro pasado, del que seguiremos abriendo capítulos.

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