Isabel Merino. Aunque las labores de vigilancia se han mantenido desde el inicio del estado de alarma en marzo, el dispositivo de seguridad se reforzó el pasado fin de semana con el control de zonas donde suelen producirse aglomeraciones, como la Senda Litoral, El Esparragal, la zona recreativa de Los Olivos, los accesos a la Sierra de Mijas o los parques municipales, precintados desde hace unos días.
Desde el Ayuntamiento, se anunciaba la semana pasada la puesta en marcha de este dispositivo, coincidiendo con el cierre perimetral del municipio al alcanzar la tasa de 500 contagios por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días. El domingo 24, acompañamos a la patrulla de agentes de la Policía Local que se encarga de vigilar el paseo marítimo de La Cala. Entre sus labores, controlar que todos los vecinos hagan uso correcto de la mascarilla y que los grupos no superen el número máximo de personas que pueden reunirse que, en caso de no ser convivientes, no puede ser superior a cuatro.
“Me parece estupendo, lo más importante es que no subamos y nos tengamos que quedar en casa. Si hay que hacerlo porque no quede más remedio, se hace, pero si podemos evitarlo, mejor”, opinó Raquel Torres. Del mismo modo, se expresó Ludovico López, que dijo que “son medidas muy necesarias por cautela, por todos, no solo por uno mismo”. Aunque su principal cometido es informar a la ciudadanía sobre las medidas anti-COVID, los agentes también pueden imponer sanciones en caso de que sea necesario. Aunque parece que cada vez hay más conciencia. “Yo veo que la gente lo cumple todo, incluso los jóvenes. Esto ya está durando mucho tiempo y la gente, hoy por hoy, es muy consciente de lo que está pasando”, apostilló Montse Pastora.
Barbacoas precintadas
En el área recreativa del Esparragal, un grupo de voluntarios de Protección Civil se encargó de llevar a cabo labores de vigilancia durante la mañana del domingo. En esta zona, al igual que en Los Olivos, las barbacoas están precintadas desde la semana pasada. Para Manuel, vecino de la zona, este dispositivo “es estupendo, porque como la gente no puede salir, últimamente cada fin de semana se reunían aquí en torno a 20 o 30 que, seguramente, no son del mismo núcleo familiar. Así que me parece bien que se vigile la zona, y más en estos días, que se han disparado las estadísticas”. Por su parte, Antonio Asenjo afirmó que “me ha parecido bastante bien con la epidemia que tenemos encima. Aunque las barbacoas estén cerradas, podemos hacer un pequeño aperitivo en el campo. La verdad que hoy aquí se está muy tranquilo porque no hay apenas nadie”.
El objetivo de este dispositivo especial no era otro que ayudar a controlar la curva de contagios y evitar que la localidad llegue a los 1.000 casos positivos por cada 100.000 habitantes lo que, según estableció la Junta de Andalucía en sus últimas restricciones, obligaría a cerrar toda actividad no esencial.
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