C. Bejarano / Datos: F. M. Romero. La llegada de la primavera está marcada de rojo en el calendario por la aparición de la procesionaria del pino, es por ello que, para su prevención, se aconseja realizar los tratamientos de fumigación en el último trimestre del año. Así pues, la Concejalía de Parques y Jardines ya ha iniciado las actuaciones fitosanitarias comenzando en Osunillas por los pinos canarios, que es el más goloso para esta especie. Como explicó la edil de este departamento, Laura Moreno (PSOE): “Vamos a fumigar desde ahora hasta el mes de diciembre un total de 100 hectáreas públicas en todo en nuestro municipio”, y aclaró que “la intención no es otra que afectar lo menos posible al medio ambiente y evitar irritaciones tanto en las personas como en las mascotas”.
Se van a hacer dos acciones diferentes, “por una parte se va a realizar una fumigación con un camión, el cual lleva incorporado un cañón que pulveriza una disolución de agua y materia activa, hasta unos 25 metros, con lo que se llega a mojar prácticamente el 100% de la fronde de cada árbol y, por otra parte, en lugares próximos a los centros escolares y parques se utiliza otro sistema denominado endoterapia, que consiste en la inyección de un biocida a través del tronco del pino y que solo afectará al insecto”, destacó Moreno. También subrayó que “este tratamiento no daña ni a la flora ni a la fauna del entorno”. Cabe destacar que los trabajos, generalmente, se están realizando de noche para no interferir con la ciudadanía.
Por su parte, el técnico de Serviplaga Damián Quintana explicó que “llevamos a cabo una aplicación foliar en estos árboles con un insecticida ecológico en lugares de ámbito forestal”, y aunque está previsto que el plazo de ejecución finalice en la primera quincena del próximo mes “dependerá de las circunstancias metereológicas”.
Estas orugas se encuentran en las copas de los pinos y cuando entran en contacto con las mascotas, generalmente con los perros, pueden sufrir daños en la lengua causados por los pelos de la oruga, que actúan como dardos envenenados, en el peor de los casos, podrían provocar incluso la muerte por asfixia. Además, estos pelos son urticantes al contacto con la piel de los humanos, por lo que producen reacciones alérgicas, conjuntivitis y problemas respiratorios.
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