Beatriz Martín. La Asociación de Discapacitados de Mijas (Adimi) sigue mejorando su centro de día pese a los momentos tan difíciles que vivimos. Sus instalaciones exteriores contarán muy pronto con una cafetería, desde la que se trabajará además la inclusión laboral. Así nos lo explica el presidente de la asociación, Cristóbal Moreno, quien detalla que “ahora mismo, va a ser una zona de esparcimiento para los padres, una sala de espera, pero también esperamos que el día de mañana sea una zona de trabajo donde se trabaje la autonomía con los usuarios de Adimi”.
Los jardines del centro también cobran protagonismo, se han convertido en un escenario más para desarrollar terapias. “Este verano le hemos sacado provecho tras sembrar el césped el año pasado, los chicos lo van cuidando, además de crear huertos, le hemos dado mucho uso ya que recomiendan estar al aire libre. Las familias también se quedan aquí mientras que se hacen las terapias con los usuarios”, apunta Moreno.
Adimi cuenta con 250 usuarios. Entre sus servicios, está la Atención Temprana y el SAIJ (Servicio de Atención Infantil y Juvenil), ambos se llevan a cabo de manera presencial y telemática. Además, este centro alberga la Unidad de Estancia Diurna y el desarrollo de talleres, que se han visto afectados por el índice de COVID-19 en el distrito sanitario Costa del Sol, que se ha situado por encima del permitido por la Junta para poder abrir estos centros, 70 casos por 100.000 habitantes. “Por el tema de seguridad, Adimi está blindado, todos nuestros trabajadores tienen la PCR hecha, seguimos la normativa que dicta Sanidad y, a día de hoy, los talleres grupales no se pueden hacer, ni abrir la Unidad de Estancia Diurna, así que las sesiones que se dan son individualizadas, se dan distintas terapias con todas las medidas de seguridad”, asegura el presidente del colectivo.
Centro concertado
Moreno recuerda que todo el centro ya está concertado, incluso, la residencia, pero que sigue cerrada a la espera, dice, de que la Junta de Andalucía destine partidas presupuestarias para cubrir el gasto de las plazas concecidas, porque “una plaza de residencia tiene un gasto aproximado de 3.200 euros y aquí van a vivir 22 personas 24 horas, por lo que se necesita un equipo de más de 20 trabajadores, es un recurso muy necesario y muy valioso pero, a día de hoy, ningún padre puede pagar ese dinero, es imposible”.
Lo que sí abrirá a finales de año es una sala sensorial para atender a personas con autismo, la cual, asegura Moreno, “tiene un coste elevado pero que gracias a la ayuda de la gente y las empresas de Mijas y Fuengirola se ha cubierto”. Moreno destaca que “la solidaridad ha sido siempre fundamental en la mejora del centro, y más ahora, cuando la pandemia ha paralizado muchos de sus proyectos con los que obtenían recursos”.
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