La fractura de pelvis es una de las lesiones que se producen en los accidentes de tráfico, más frecuentemente en los que interviene una moto. Requieren de una vigilancia especial hasta ser diagnosticadas, pues pueden causar graves complicaciones.
La pelvis es el anillo óseo formado por el hueso sacro y los dos huesos coxales que se unen en la parte delantera en el pubis. Sirve de conexión entre la columna vertebral y los miembros inferiores. Es la encargada de repartir las fuerzas entre columna y piernas, proteger los órganos abdominales y de dar estática al tronco.
Las fracturas de pelvis pueden producirse aisladamente en alguno de estos huesos o en varios a la vez, dependiendo de la naturaleza del traumatismo. Lo más importante es el tipo de fractura en cuanto a si provocará inestabilidad en la zona, es decir, si son estables o inestables. Las consecuencias de las fracturas inestables pueden ser alteraciones vasculares (hemorragias internas), genitourinarias (alteraciones en la función o rotura de genitales y sistema urinario), viscerales (diafragma o intestinos) y neurológicas (afectación de los nervios ciáticos u otros).
Lo primero será estabilizar la pelvis quirúrgicamente mediante el uso de fijadores internos o externosPor todas estas posibles complicaciones en las fracturas inestables lo primero será estabilizar la pelvis quirúrgicamente mediante el uso de fijadores internos o externos. En las estables se establecerá un tiempo de reposo en cama de al menos un mes.
El tratamiento fisioterapéutico se realizará en tres fases: durante el encamamiento, evitaremos las posibles alteraciones circulatorias y cutáneas con cambios posturales, ejercicios respiratorios y masajes evacuatorios, mantendremos la movilidad articular y el tono de la musculatura mediante movilizaciones suaves y ejercicios de contracción muscular isométricos (sin que haya movimiento de la musculatura durante la contracción). Durante la fase de levantamiento sin apoyo, pondremos progresivamente al paciente sentado y después de pie, sin iniciar la marcha, y empezaremos a fortalecer la musculatura de los miembros inferiores. Es esta fase es muy interesante realizar ejercicios en una piscina, para aprovechar la descarga gravitacional que la hidroterapia ofrece. Durante la fase de apoyo, recuperaremos toda la movilidad articular que se haya podido perder durante las fases anteriores, ejercitaremos la musculatura con ejercicios más vigorosos de forma progresiva, ejercicios de coordinación y equilibrio, iniciaremos la marcha en paralelas, después con bastones, reeducando las posibles alteraciones que se hayan producido (cojera, rigideces, acortamientos musculares).
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