Francisco M. Romero. Desde que nacieran como colectivo, en enero del año pasado, Mi MOana no ha cejado en su empeño de limpiar los fondos y las arenas de las playas de Mijas y, sobre todo, de remover conciencias inculcando la necesidad de respetar el medio ambiente. Una labor que se vio interrumpida durante el confinamiento y que hoy viernes 24 de julio ha retomado de la mano de las concejalías de Playas y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Mijas. Lo ha hecho en la playa de Calahonda, frente al edificio El Almirante, y ha contado con la colaboración de 11 buzos que han recogido residuos del fondo del mar gracias al apoyo de la escuela de buceo ‘Diving with Nic’.
Con el fin de mostrar su apoyo a estas acciones a las que se puede apuntar todo el que quiera colaborar recogiendo restos y basuras de la arena, acudieron al puesto de Mi MOana los ediles Arancha López (Cs) y José Carlos Martín (Cs), responsables de las áreas de Medio Ambiente y de Playas, respectivamente. Para López este tipo de acciones “sigue siendo fundamental porque no solo se limpian las aguas y la arena de nuestras playas, sino porque se conciencia a los vecinos y nuestros visitantes en la necesidad de mantener limpios nuestros recursos naturales”.
La edil recuerda que esta actividad continuará cada tres meses en diferentes puntos de la costa mijeña y ha señalado que “anualmente aproximadamente 4,5 trillones de colillas llegan a nuestros mares, océanos y ríos, residuos que tardan muchos años en desintegrarse y con un alto grado de contaminación, que acaban con la vida de millones de animales en el mundo”. Es por ello que lamenta que pese a las campañas de concienciación que se han impulsado desde el Ayuntamiento “se sigan arrojando plásticos, colillas y ahora mascarillas y guantes en playas y calles”.
Responsabilidad de todos
De la misma opinión es el concejal de Playas, que recuerda que “por mucho que nosotros hagamos nuestro trabajo manteniendo la costa limpia, es responsabilidad de todos mantener cuidados nuestro mar. Tenemos que ser conscientes de lo importante que es no tirar basura en nuestro litoral y, en realidad, en ninguna parte, porque muchos de los residuos que no tiramos correctamente llegan al mar”, sentencia.
Porque “este tipo de actividades que vamos repitiendo con frecuencia tienen un doble objetivo. Por un lado, concienciar a la población de la importancia que tiene no dejar los residuos en la playa y, por otra, las labores de recogida de estos elementos que se realizan”, apunta Martín, quien añade que “es necesaria la colaboración de la ciudadanía, pues de nada sirven todos los mecanismos de higiene si finalmente los usuarios no somos conscientes que tenemos que respetar el medio ambiente y no ensuciar”.
Mi MOana, que significa en hawaiano ‘Mi océano’, ya lleva tiempo trabajando por el medio ambiente. En 2019 su voluntariado retiró más de 2.600 kilos de residuos con estas jornadas de limpieza en el litoral costasoleño. Para su cofundadora, Nikky Wegloop, “lo importante es recordar que no debemos ensuciar, que los plásticos y los residuos, por ejemplo de la pesca, hacen mucho más daño de lo que creemos. Como el fondo del mar no está a la vista no sabemos lo dañado o lleno de basura que puede estar”, afirma. Además, tras el confinamiento se ha encontrado con otro tipo de residuo que, por desgracia, se está convirtiendo en algo habitual: las mascarillas y los guantes que usamos para protegernos del coronavirus.
Buzos voluntarios
Once buzos voluntarios han participado en las labores de limpieza del fondo marino de la playa de Calahonda, gracias a la colaboración de la escuela de buceo ‘Diving with Nic’. Para su dueño, Nicoli Unt, colaborador habitual del colectivo, este tipo de iniciativas “informan de toda la basura que hay en el fondo del mar. Nosotros lo vemos cada día, por lo que queremos que las personas sepan que deben tener más cuidado y no tirarla en cualquier parte”.
Además de la recogida de residuos, los buzos voluntarios han mantenido una vigilancia de posibles especies marinas invasoras, tal y como recuerda el técnico del área de Medio Ambiente Juan Luis Vega: “con las fotos que ha tomado nosotros podemos comprobar si las algas intrusas se están expandiendo bajo nuestras aguas y llevar un control de su posible llegada a la costa”.
La labor que Mi MOana desempeña se pone en perspectiva cuando conocemos que, según los últimos cálculos, cada minuto se arrojan a los mares del planeta el equivalente a un camión lleno de plásticos. Es por ello que limpiar los fondos marinos y las playas se convierte en una importante labor, pero más aún concienciar en el respeto al medio ambiente, usar menos plásticos o ser conscientes de lo imprescindible que es el reciclaje es una labor de todos. Tan importante es no ensuciar como limpiar. Puede que incluso más.
'Al medio ambiente no le eches un guante'
Hay que recordar que, en relación a la nueva situación generada por la COVID-19, el consistorio mijeño ha puesto en marcha la campaña de concienciación ‘Al medio ambiente no le eches un guante’ para sensibilizar a la población de la importancia que adquiere el depositar las mascarillas y los guantes usados en el contenedor gris. “Los expertos informan que en los últimos meses a causa de la pandemia han bajado los niveles de contaminación urbana entre un 50 y un 70 por ciento, pero ahora nos encontramos con el problema que muchas personas desechan el material sanitario que utilizamos para protegernos en la vía pública, en la naturaleza o en el contenedor equivocado”, apunta la concejala Arancha López.
La edil ha señalado que “estos componentes pueden acabar en los océanos a través de las vías fluviales y, de esa manera, en nuestra cadena alimentaria a través de la fauna que la ingiere” a lo que ha añadido que “en otros espacios naturales también permanecerían cientos de años porque no son degradables y, por lo tanto, muy contaminantes”.
Así pues, para deshacerse de los guantes y mascarillas usados es importante, en primer lugar, meterlos en una bolsa de plástico e inmediatamente introducirlos en una segunda bolsa de basura aislada de todo. Una vez doblada y bien cerrada, se deposita en el cubo del hogar con tapadera y, cuando se colme el mismo, se llevará, exclusivamente, al contenedor gris y nunca en los depósitos de recogida selectiva como el vidrio, el papel, envases o textil. “Es importante que cuidemos de nuestra salud pero la del planeta también”, concluye la edil.
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