Beatriz Martín. Según Greenpeace, cada año, más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos mueren como consecuencia de los plásticos que llegan al mar. Para evitar esto, la asociación Mi Moana, que quiere decir Mi Océano en hawaiano, organiza de manera mensual una limpieza del litoral, una recogida de residuos que no solo se lleva a cabo en superficie, en la arena, sino que trasciende al fondo del mar con la ayuda de una pareja de buzos de Driving with Nic. En esta ocasión, la playa elegida el pasado sábado, 15 de febrero, fue la de La Luna, en Sitio de Calahonda.
“Unos 60 voluntarios, incluido estos buzos, han dedicado hoy su tiempo libre a mejorar el planeta”, manifestó la cofundadora de Mi Moana, Nikky Wegloop.
Hace un año que se fundó este colectivo, que trata de detener la contaminación de los ambientes marinos. En la actividad, colaboran las concejalías de Medio Ambiente, Extranjeros y Playas. Los ediles de estas áreas, Arancha López (C’s) y José Carlos Martín (C’s), también acudieron a la cita, y aseguraron que “con esta actividad, el año pasado, se recogieron hasta 2.600 kilos de residuos, de los cuales 400 eran toallitas húmedas, así que es importante no dejar residuos en nuestras playas”, apuntó López, “y como yo siempre digo, el mejor residuo es el que no se genera”.
La iniciativa, añadía Martín, va más allá de dejar limpio un tramo de litoral “porque más que lo que pueda recoger hoy en la playa, lo importante es que cale el mensaje de concienciación, que lo que tenemos que evitar es ensuciar”.
El 21 de marzo, los voluntarios de Mi Moana volverán al litoral para seguir liberándolo de residuos. Si quieren sumarse a esta tarea, pueden ponerse en contacto con este colectivo a través de su web (www.mimoana.com).
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