Aprovechemos la proximidad del 19 de marzo para hablar de padres, -decisión compleja, comprometida y bonita la de serlo-. Cuántas veces hemos escuchado la frase “ese hombre fue como un padre para mí”. Hay personas que por quedarse huérfanas, por ser abandonados, o por tener padres poco implicados, han encontrado en otras personas distintas a la del padre biológico, la función de un padre. Está claro entonces, que una cosa es ser el padre biológico y otra cosa es la función padre. Igual ocurre para la madre.

El padre biológico es el que hace el hijo, el que lo engendra. Y la función padre es la que impone normas y límites, y la que viene a romper esa relación idílica entre la madre y el niño, la que incluye en ese binomio otros intereses. Esta función la puede desempeñar tanto el padre, como la madre, u otra persona.

La importancia de esta función reside no solo en el germen de una buena convivencia, sino en los pilares básicos para tener buena salud psíquica. Sin la función madre el bebé se muere, sin la función padre se puede generar sujetos con graves patologías, como por ejemplo, la psicosis.

Frecuentemente escuchamos a madres decir: “mi marido no juega con los niños”, “mi marido siempre dice: lo que diga mamá”, “mi marido no habla con los niños”. ¿Qué consecuencias puede tener para un hijo tener un padre que no se implica? Como estamos viendo lo importante para la formación psíquica de un niño no es que haya un padre físicamente, sino que haya alguien que cumpla esa función.

En este caso, el chico podrá crecer sano psicológicamente hablando, pero es probable que afectivamente le quede el rencor y la desilusión de que su padre biológico no estuviera a su lado, ejerciendo la función padre. ¿Puede suponer un trauma para el hijo? No son las circunstancias solas las que crean conflictos, hay que tener en cuenta otros factores de personalidad, puede tratarse de una situación desagradable, pero no tiene por qué marcar el funcionamiento de toda una vida.

Quizá las consecuencias pueden ser para el propio padre. Un padre poco implicado está favoreciendo que los hijos tengan poco afecto y que no interacción con él, situaciones en la que los hijos no le obedezcan ni le respeten. Tener un hijo supone algo más que hacerlo, supone algo más que uno gastos extraordinarios, algo más que la dedicación de algunas horas para los cuidados personales o para llevarles al cole.

Muchas veces son las propias madres las responsables de que el padre no se implique, de forma inconsciente o conscientemente. Mujeres que de alguna forma piensan que como ellas no lo va a hacer nadie, y le quitan importancia al padre, le restan valor.

Esto muchas veces es consecuencia del narcisismo: como la mujer ha llevado al hijo 9 meses dentro se cree más capacitada y anula al hombre. El hombre no puede elegir quedarse embarazado, pero esto no quita que deseen profundamente un hijo y dedicarse algunos años a cuidarlo, educarle, enseñarle…

Feliz día del padre a todos aquellos que han tenido la generosidad de criar a un humano y dotarle de habilidades para manejarse en este mundo.
 

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