El matrimonio compuesto por Alaina Moore y Patrick Riley continúa su singladura indie pop. Tennis se ha hecho ahora a la mar con ‘Young and old’, un proyecto para el cual han embarcado al baterista James Barone y como timonel al productor y miembro de The Black Keys, Patrick Carney.
En esta ocasión, no les ha acompañado el lujo y glamour que inspiraron la composición de los temas de su anterior álbum, pues, el dúo no ha contado con ese viaje marítimo en yate que marcó ‘Cape Dory’.
Las nuevas canciones han sido compuestas, en su mayoría, mientras se dirigían a los numerosos actos de promoción y conciertos que han ofrecido durante 2011. Un hecho que no ha restado valor al producto, ya que el dúo no pierde de vista la costa y mantiene el sonido lo fi que utilizó en su trabajo de debut.
La presencia de los nuevos integrantes ha mejorado la calidad musical de los temas, cuyo sonido se ha expandido con la inclusión de instrumentos como la batería y el teclado. Este es un disco delicioso que presenta varias tonalidades.
Posee piezas del estilo de ‘It all feels the same’ y ‘Origins’ que los introducen en territorios pertenecientes al power pop. Del mismo modo, no tienen reparos en abandonar, por una vez, sus particulares formas, para manifestarse en ‘My better self ’ y ‘Petition’, de acuerdo a los cánones de la Tamla Motown.
El disco rebosa de melodías deliciosamente azucaradas que, sin embargo, no resultan empalagosas al oído, como nos demuestran en ‘Robin’ y ‘Dreaming’.
La constante de su contenido está marcada por el influjo de los años cincuenta, que vibra en cada una de sus diez canciones. No hay nada nuevo bajo el sol, solo la genialidad de un grupo que se esfuerza en recuperar el eco del pasado sin que suene a repetitivo.
Comparte esta noticia desde el siguiente enlace: https://mijascom.com/?a=1563