Quien dijo que al rock con raíces se le habían acabado sus días de gloria, tiene urgentemente que escuchar este trabajo. Y es que, tal como se puede apreciar oyendo a Jonathan Wilson, afortunadamente aún quedan muchas páginas por escribir acerca de este género musical.
Una de ellas perfectamente puede haberse escrito inspirada en el espíritu suave (‘Gentle Spirit’) que el cantante músico y productor de Carolina del Norte ha infundido a su opera prima.
Notas de rock, folk y blues se apoderan de este trabajo grabado en California, a caballo entre Five Star (su propio estudio) y el mítico Laurel Canyon, la cuna del folk rock de los setenta donde despuntaron nombres como Carole King, Eagles o Crosby Still Nash and Young.
Desde los créditos de 'Gentle Spirit’ ya se puede atisbar el alto valor musical que puede guardar su contenido, al constatarse la presencia de artistas de la talla del guitarrista y cantante de country Gary Louris, miembro fundador de The Jayhawks; Chris Robinson (The Black Crowes); Barry Goldberg (Muddy Waters, Bob Dylan); Gary Mallaber (Steve Miller Band, Bruce Springsteen, Van Morrison); además del cantautor Johnathan Rice.
El interés por aparecer en ‘Gentle Spirit’, no es para menos, pues Jonathan Wilson desde que a finales de los noventa dejara la banda Muscadine y creara su propio estudio de grabación, ha conseguido labrarse una gran reputación, gracias a las buenas artes como músico de sesión y productor que ha empleado en álbumes de Elvis Costello, Erikah Badu, Jackson Browne o Wilco, entre otros.
Lo mejor de su largo currículum, desde luego, lo destilan las trece canciones que contiene este trabajo, temas que fundamentalmente se encuentran en la esfera del folk, el rock y el blues y en los que el criterio empleado a la hora de arreglar y producir cada corte, le ha llevado a contar con una serie de sonidos que logran acentuar el sabor a disco de otra época que contiene esta obra.
El aroma, por tanto, a Eagles, America y Neil Young es una constante que recorre el álbum. Desde la pieza que abre y da nombre al mismo, hasta el corte que lo cierra, aunque éste (‘Valley of the Silver Moon’) más bien parece haber sido firmado por los acólitos de Jerry García.
La psicodelia de Kim Crimson (‘Waters Down’) y Pink Floyd (‘Natural Rhapsody’) también se hace patente en los interesantes solos de guitarra a lo David Gilmour que inundan ‘Desert Raven’, una de las piezas más preciadas del cedé.
‘Gentle Spirit’ una delicia de disco, como jamás nos hubiéramos imaginado, con canciones inspiradas en el rock folk suave que dominó la música de finales de los sesenta y principio de los setenta.
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