La Fundación Telefónica hizo público hace unos días el ‘Informe de la Sociedad de la Información en España 2011’, un documento de indudable valor que resume la evolución de Internet y muestra las tendencias que genera la imparable propagación de los diferentes usos que encontramos en la Red.
El año pasado aumentó la cifra de internautas un 4’5%, esto significa que casi siete de cada diez españoles están metidos en el ciberespacio. En el colectivo de población que se mueve entre los 16 y los 24 años, la penetración de la Red es ya del 95%.
Internet va más allá de la mera reflexión tecnológica y se ha transformado en un factor determinante en los derroteros de la evolución de la sociedad. La Red interconecta a los ciudadanos en función de sus valores, intereses e ideas y ha cambiado la relación que mantienen con los gobiernos, los partidos políticos y los medios de comunicación.
Han encontrado en el ciberespacio una fuente inagotable de información, pero también la oportunidad de alzar su voz a favor o en contra de las decisiones de los partidos y de las instituciones. Estamos ante un cambio de increíbles proporciones que, bien administrado, puede traernos una democracia más transparente y participativa.
La Red ha dado a los ciudadanos un importantísimo hueco en el espacio público que los partidos deben aprender a leer para que su posible inoperancia no ponga en tela de juicio su papel como representantes de la ciudadanía.
Los medios de comunicación también debemos tomar nota de estos cambios. La conexión a Internet nos ha arrebatado la exclusividad de dos armas clave: informar y hacer de contrapoder. La Red convierte a los internautas en informadores pero también en guardianes de lo que hacen los gobiernos y partidos.
Los ciudadanos tienen su propia agenda de temas de interés y manejan un volumen de información sin precedentes que difunden a su antojo. Su activismo incluso puede condicionar las decisiones de las instituciones, ejerciendo, así, un indudable contrapeso para el que no necesitan a los medios.
Parece, pues, evidente, que tenemos que jugar las cartas para ganar la partida de la participación y la transparencia. Es absurdo pensar que detrás de las redes y de las contestaciones sociales que generan solo hay antisistemas holgazanes, esa visión miope e injusta no nos llevará a buen puerto. Ciudadanos, partidos, gobiernos y medios de comunicación contamos con una oportunidad de oro para mejorar nuestras relaciones.
Comparte esta noticia desde el siguiente enlace: https://mijascom.com/?a=1324