No ha sido una decisión fácil, pero el Ayuntamiento no ha encontrado otra salida. Tener abiertas las instalaciones suponía un elevado coste, y los ingresos del aparcamiento eran muy bajos.

“No podíamos asumir ese gasto. El parking costaba 10.000 euros al mes y sus ingresos eran mínimos”, señaló el portavoz del equipo de Gobierno, Mario Bravo.

El consistorio ha estudiado varias alternativas para optimizar la gestión del aparcamiento, pero no son rentables. “Pensamos en la posibilidad de una gestión con control remoto, pero no es viable”, puntualizó Bravo.

Una vez cerrado, la idea es sacarlo a concurso público, aunque no se descartan otras opciones. “Estudiaremos todas las opciones posibles para evitar más gasto”, señaló el edil.

Para el Ayuntamiento, la creación del aparcamiento fue “una mala inversión del anterior equipo de Gobierno, porque tiene muy pocos usuarios y pocas plazas”.

El consistorio quiere disculparse ante los siete abonados que tiene el aparcamiento por las molestias que les pueda ocasionar el cierre.
 

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