No hay actividad, todo está tranquilo. Aún así el teléfono sigue sonando, Claude atiende en francés: “Estamos cerrados, lo sentimos. Usted puede dirigirse al Consulado General de Alicante”. Siempre hay dudas y problemas que resolver para los belgas residentes en Málaga, de eso sabe bien nuestro vecino Claude.
Mijas Semanal. ¿Por qué se cierra el Consulado?
Claude de Hennin. Se cierra por una decisión política. Según la ley debería haber dejado mi cargo con 72 años, pero se ha hecho un gran trabajo y decidieron prolongarlo cuatro más. Ahora tengo 76 años y tengo que aceptar la decisión con mucha tristeza, porque no se cierra un Consulado como se cierra la puerta de una casa.
M.S. ¿Cómo inició su carrera como cónsul de Bélgica en Málaga?
C.H. El ministerio decidió reabrir, en 2006, el Consulado ante la solicitud de miles de belgas en la provincia. El anterior se cerró en 2003. El embajador se comprometió a trasladar al gobierno de Bruselas la petición de los belgas residentes. Un mes después había autorización para abrir un Consulado honorario. Éramos seis o siete candidatos. En agosto de 2006 me llamaron. Fui a Madrid y me comunicaron que sería cónsul. Tras los trámites, en abril de 2007, los reyes de Bélgica y España firmaron el acuerdo.
M.S. ¿Pero usted ya conocía Mijas y la provincia de Málaga?
C.H. Yo llegué a Mijas, a esta urbanización [Las Buganvillas], con mi familia, el 17 de febrero de 1969. Mi familia fue la que promovió esta zona. Había solo dos o tres casas en aquella época.
M.S. ¿En qué ha consistido su trabajo como cónsul?
C.H. El trabajo consiste en representar, de manera digna, a tu país en la zona. Establecer relaciones comerciales y diplomáticas. Más de 3.000 belgas han venido a vivir a Málaga en los diez años en los que he servido como cónsul. Este Consulado ha sido una referencia para los belgas y los españoles, quienes venían a preguntar cómo visitar o trabajar en Bélgica. Nos vamos con la cabeza muy alta, que es lo más importante. Siempre hemos estado a disposición de nuestros compatriotas, entre los que se encuentran muchos españoles que han vivido en Bélgica y que han gestionado desde aquí sus pensiones y documentos.
M.S. ¿Asesoramiento a españoles?
C.H. Sí. Cuando querían visitar el país les asesorábamos sobre lugares y cómo hacerlo. También hemos ayudado a muchos jóvenes que querían irse a trabajar a Bélgica. Les hemos preguntado por sus estudios y les hemos dado consejos sobre las profesiones más demandadas, como informática o química. Durante mis años de cónsul hemos ayudado a encontrar trabajo en Bélgica a unos 40 jóvenes. Después se han puesto en contacto con nosotros para agradecernos que han encontrado trabajo.
M.S. ¿Y un ejemplo de las relaciones comerciales?
C.H. Recuerdo que ayudamos a que una empresa del Parque Tecnológico, AERTEC, trabajase en Bélgica, arreglando el aeropuerto de Charleroi y el de Ostende-Brujas. Charleroi es un aeropuerto muy importante y Ostende conecta la zona de Flandes. Tampoco podemos olvidarnos que hemos ayudado a que llegara a Málaga una compañía aérea fantástica, que se llama JetAir. Que se suma a Brussels Airlines, Ryanair, Vueling e incluso Iberia. Es decir, cinco compañías que conectan la provincia de Málaga con diferentes aeropuertos belgas. Es un trabajo del que estamos muy orgullosos, más cuando un cónsul honorario no cobra, es un trabajo que no está remunerado.
M.S. ¿Con qué se queda de estos años?
C.H. Me quedo con el recuerdo de haber podido asistir a muchos acontecimientos culturales en la provincia representando a Bélgica. Recuerdo el museo de la Música, el CAC de Málaga, sin olvidarnos del CAC de Mijas, donde un sponsor es belga. Es más, me gustaría darle las gracias de todo corazón a las autoridades: alcalde de Málaga, subdelegados, presidente de la Diputación, a la Alcaldía de Mijas, que siempre me ha prestado la máxima atención; a la Policía Local, que ha sido magnífica; a la impecable Policía Nacional y sin olvidarme de la Guardia Civil, les agradezco de todo corazón su atención con este Consulado.
M.S. ¿Qué hará usted ahora?
C.H. Ahora seguiré en mi urbanización, en Las Buganvillas. Llevo aquí 47 años. Me siento mijeño y seguiré así siempre.
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