Los cárabos son unas aves rapaces nocturnas de tamaño medio parecidas a los búhos, muy presentes en la península ibérica, las cuales suelen anidar en los huecos de los árboles, es por ello que, con el objetivo de incrementar y preservar la biodiversidad de la fauna de la zona de Mijas, el departamento de Medio Ambiente del consistorio se ha sumado al proyecto Aluco. Una iniciativa solidaria con la que se instalan cajas nidos en diversas zonas del término municipal para fomentar el anidamiento y la posterior reproducción. Según explicó la edil del área, Arancha López (Cs), “con esta actuación medioambiental vamos a ayudarles a que el anidamiento sea aún mayor”. De esta manera, añadió “también contribuimos al ciclo natural de estas aves las cuales se encargan de controlar las plagas de roedores pues se alimentan de ellos”. 

Durante estos días se están instalando en diferentes puntos y zonas del municipio. El técnico del departamento, Francisco Pérez, contó que “pensamos que tener esta iniciativa en el municipio era muy beneficioso, sobre todo para incrementar la biodiversidad, entonces se está actuando en varios puntos del municipio”. Asimismo, como en los últimos años se están produciendo numerosos incendios muy virulentos, “este tipo de actuaciones ayudan a que dispongan de nuevas zonas y facilitar así que se puedan seguir reproduciendo”, añadió Pérez. 

 

Para hacerlo posible se emplea la técnica de trepa de árbol de la que se encargan los fundadores del proyecto, entre ellos Antonio Javier Plaza, cofundador de Aluco. Tal y como aseveró Plaza, “surge como iniciativa de construcción de cajas nido con madera para suplir lo que es la falta de carencia de sitios de descanso y nidificación de una serie de aves que están en declive y en nuestras manos está construirles estos espacios para facilitárselo”. Según contaron también, es un proyecto que nació en el año 2019 y con el que además también reciclan, puesto que, las cajas están elaboradas con madera reciclada, es decir, madera de palés de construcción o estructuras que terminan en contenedores pero están en buenas condiciones y son aptas para volver a ser utilizadas. Tras la instalación de las cajas se les realiza un seguimiento a los cárabos que consiste en controlar el número de crías y el anillamiento científico. Para concluir, López explicó que “es fundamental que desde las administraciones apoyemos estas iniciativas para poder mantener nuestra biodiversidad y riqueza animal”.

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