Ya está todo preparado en el Albergue de Entrerríos para dar la bienvenida a los casi 70 niños de entre 4 y 5 años que, desde el próximo lunes 26 de febrero, disfrutarán de sus instalaciones en Semana Blanca. Durante cinco días, convivirán en plena naturaleza y se lo pasarán en grande con el programa de actividades diseñado por el departamento de Albergues, que, en esta ocasión, gira en torno al agua, su importancia como recurso natural y su uso responsable. “Con el problema que tenemos de la sequía, pues qué mejor manera que desde pequeños les enseñemos a que sepan no malgastar el agua, y a respetar el medio ambiente”, declaró la concejala de Participación Ciudadana, Silvia Marín (PP).
Desde el departamento de Albergues se ha cuidado cada detalle para que su Semana Blanca sea inolvidable. “Gracias al gran equipo de este departamento que ha hecho un magnífico trabajo no solo en cuidar las instalaciones sino también que las han dejado preparadas para que estos niños puedan pasar una de las mejores semanas de su vida”, destacó Marín.
Por su parte, la coordinadora del departamento, Toñi Ruiz, destacó que durante estos días que “son muy bonitos, se crea muy buen ambiente, los niños aprenden mucho, a ser autónomos, a respetar a los demás, están haciendo muchas actividades y se olvidan del móvil, de la consola y, al final, salen con nuevas amistades”.
Además de los diversos talleres, los niños visitarán el huerto, aprenderán a sembrar y cultivar diferentes alimentos y atenderán a los animales de la granja. “El albergue y la zona son mágicos y aprovechamos todos los recursos que tenemos”, apunta Ruiz, que pone en valor la especial atención a la alimentación, cocinando menús saludables y variados.
Un albergue accesible
Los diferentes espacios con los que cuenta el Albergue de Entrerríos están adaptados para dar cabida a niños con problemas de movilidad o necesidades especiales. Entre otras actuaciones, se han eliminado barreras arquitectónicas, creado rampas de acceso, adaptado aseos y habilitado habitaciones y salas de juego más amplias para mayor comodidad de estos usuarios. “Todas las instalaciones dentro del albergue no tienen barrera arquitectónica, con la idea de que se integren y puedan hacer todas las actividades o la mayor parte de las actividades junto al resto de compañeros”, apuntó Marín.
Por ejemplo, se ha creado una rampa de acceso en la entrada de la granja para que puedan cuidar de los animales; o, en el caso de que hagan uso de la piscina, recuerdan que existe un acceso alternativo por el que acceder a esta instalación, que además está provista de una silla hidráulica para que puedan disfrutar del baño con el resto de compañeros.
También tienen una habitación para descansar en cualquier momento del día o para que sean atendidos en caso de ser necesario.
Y, además de las instalaciones, durante toda su estancia, tiene a su disposición personal especializado. “Tenemos para toda la temporada tres monitores de educación especial que van estar al cuidado y vigilancia de estos chicos, además de otro que se encargará de los traslados de estos chicos desde sus núcleos de origen hasta el propio albergue”, finalizó la edil.
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